Unión Soviética, 1962. Liudmila, miembro del Partido Comunista, cree ciegamente en el marxismo. Sin embargo, tras presenciar cómo el Gobierno aplasta con violencia una protesta laboral en una fábrica y su hija desaparece en la revuelta, todo aquello en lo que siempre confió con entrega absoluta se desmorona.